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PRODUCTORAS DEL TERROR ESPAÑOL

 


 

PRODUCTORAS DEL TERROR ESPAÑOL

 

Hace unos meses os presentamos un artículo titulado “Breve repaso a la historia del cine español”, donde se recopilaban algunas de las películas de este género habidas en nuestro país. En esta ocasión, trataremos de nuevo el cine de terror patrio, pero desde una perspectiva diferente, las productoras.


Allá por la década de los 60, en Gran Bretaña, se hizo famosa una productora especializada en cine de terror, Hammer Productions. De ella surgieron algunos títulos tan famosos como Drácula (1958), La maldición de Frankenstein (1957) o La momia (1959), todas ellas dirigidas por Terence Fisher y que llevaron por primera vez a la gran pantalla a muchos de los personajes míticos del cine.

 

 

En España no existe actualmente ninguna productora de cine dedicada exclusivamente al género de terror. Sin embargo, sí hubo una cuyo mayor esplendor coincidió con el de la productora británica, hasta el punto de que hay quien la conoce como la “Hammer española”. Me refiero a Profilmes, una empresa que durante los años 60 y 70 llevó al terror español a una nueva dimensión.


Como ocurre en muchos casos, el cine de Profilmes escondía un mensaje denuncia. El terror que transmitía no iba hacia los espectadores, sino hacia los defensores de unas ideas caducas. En los años de la productora, la sociedad franquista estaba comenzando a debilitarse en favor de una nueva, más liberal y acorde con las tendencias europeas. De modo que antes de la llegada del destape con sus consecuentes Pajares y Esteso, el cine nacional vivió una etapa revolucionaria, con películas como La noche de las gaviotas (Amando de Ossorio, 1973) que denunciaba las carencias de la España de El Caudillo. El director gallego terminaba aquí su tetralogía sobre los caballeros templarios, una metáfora sobre el poder represivo que durante más de cuatro décadas ejerció la Iglesia en España.

 


De esta misma época son otras películas como La rebelión de las muertas (León Klimovsky, 1972). Aquí, las zombis eran mujeres que poco a poco dejaban atrás su papel de sirvientas y comenzaban a igualarse a los hombres, consiguiendo puestos de trabajo, asistiendo a la universidad,… esto fue visto por los más conservadores, defensores del statu quo reinante hasta entonces, como algo imperdonable, era impensable que una mujer desatendiese a su familia por ir a trabajar, era lo que Dios mandaba.


Pero si hay una figura que destacar dentro de Profilmes esa es la de Jacinto Molina Álvarez, más conocido como Paul Naschy. El actor, que ya era conocido por sus papeles de licántropo, fue contratado en exclusiva para las películas de esta productora, a la vez que escribía algunos guiones. Fruto de esta unión surgieron algunas de las obras más recordadas de Profilmes: El espanto surge de la tumba (Carlos Aured, 1973), Una libélula para cada muerto (León Klimovsky, 1974) o Exorcismo (Juan Bosch, 1975), esta última tuvo que retrasar su estreno varios años debido a la censura, lo que hizo que muchos la comparasen con El exorcista de Friedkin, estrenada dos años antes.

 


Una vez finalizado el contrato, Profilmes decidió prescindir de su actor estrella y experimentar otro tipo de cine, lo que le valió el reconocimiento de la crítica en algunos festivales como el de San Sebastián, pero no el del público.


Actualmente parece que Filmax ha recogido el testigo. La empresa madrileña, a pesar de no dedicarse exclusivamente al cine de terror, sí que ha producido algunos de los títulos más reconocidos de nuestra filmografía en lo que a este género se refiere, como la tetralogía de [REC] o Mientras duermes (Jaume Balagueró, 2011), además de distribuir algunas películas extranjeras como Tú eres el siguiente (Adam Wingard, 2011), The Ring (Hideo Nakata, 1998) o El perfume (Tom Tykwer, 2006).


Uno de los puntos clave de esta compañía fue la creación de Fantastic Factory. Desde 2001 y hasta 2007, esta filial dirigida por Julio Fernández y Brian Yuzna, produjo un total de nueve películas, todas rodadas en inglés y con una calidad más cercana a la serie B.

 


La participación de Yuzna no es casual. Al igual que ocurrió con Naschy en Profilmes, se pensó en el director filipino como un puente que permitiese vender sus películas en un mercado internacional, de ahí que le ofreciese un contrato en exclusiva; pero el poco éxito de taquilla llevó a la directiva a cancelar el contrato, lo que supuso también la desaparición de Fantastic Factory con tan solo seis años de vida.


Además de esta, Filmax tiene otra filial, Castelao Productions. De aquí salieron películas como Frágiles (Jaume Balagueró, 2005) o Trece campanadas (Xavier Villaverde, 2003), así como otros  muchos títulos fuera del universo de terror, claro está.


Centrándonos de nuevo en la empresa matriz, Filmax posee sus propios cines donde proyectar sus películas. Concretamente cuenta con cuatro, distribuidos en Cataluña (L´Hospitalet de Llobregat y Castelldefels) y Galicia (La Coruña y Lalín), lo que supone más de cuarenta pantallas.

 


Sin embargo, las cosas no van tan bien como deberían para la compañía dirigida por Julio Fernández Rodríguez. La compleja estructura, repleta de empresas auxiliares, filiales… ocasionó que en 2010 la productora tuviera que solicitar un concurso de acreedores, con la intención de saldar sus deudas; dos años después logró superarlo gracias a que varios bancos (Catalunya Caixa, Banco Nova Caixa Galicia, CAM, Banca Cívica, Banco Mare Nostrum, Caixa Girona y Bankpyme), el ICO y el IFC Holfing financiaron parte de la deuda a cambio de la promesa de que en 10 años (2022) Filmax saldaría sus compromisos.


La productora también está teniendo problemas para mantener sus cines, concretamente el de Los Cantones Villages (Coruña), que desaparecerá si no consiguen un comprador que se haga cargo de él. Actualmente, varios directivos de Filmax han anunciado que existen negociaciones con varios operadores y que algunas se encuentran “muy avanzadas”.


Junto a Profilmes y Filmax, existe una tercera productora relevante dentro del cine de terror, Rodar y Rodar. Bajo este nombre vieron la luz películas como Los ojos de Julia (Guillem Morales, 2010), El orfanato (J. A. Bayona, 2007) o El cuerpo (Oriol Paulo, 2012). A esta productora hay que atribuirle méritos como el de hacer debutar a directores nóveles tales como Bayona o Guillem Morales, que en 2004 estrenaba su primer largometraje, El habitante incierto; también es digno de mención el hecho de estar detrás de una de las películas más taquilleras de nuestro cine, El orfanato.

 


Este año, la productora estrenará ¿Quién mató a Bambi? (Santi Amodeo, 2013) con la participación de Andrés Iniesta como actor. Ya en un futuro más lejano, Rodar y Rodar tiene varios proyectos pendientes como Mirage, dirigida por Oriol Paulo y que contará la lucha de una madre por recuperar a su hijo; Me, my wife and my dead wife (Yo, mi mujer y mi mujer muerta) con Amodeo en la silla del director; y un remake de El cuerpo.

 

Todas ellas siguen el método de Los ojos de Julia, es decir, apoyarse en empresas internacionales (Universal en aquel caso) para ampliar el presupuesto y asegurarse una distribución en mercados extranjeros. Parece ser que esta productora prefiere no correr riesgos y sigue los pasos que ya le han dado éxito en el pasado.


Los grupos de comunicación también han querido un trozo del pastel (de beneficios) que supone el cine, de ahí que muchos tengan sus propias productoras, como A3Media y Mediaset España. Estas han participado en muchas de las películas estrenadas en nuestro país, de hecho, El cuerpo fue coproducida por Rodar y Rodar y Antena 3 Films (actualmente A3Media Cine).

 


Lógicamente, estas productoras no se limitan únicamente al cine de terror, pero es cierto que están detrás de algunos títulos de este género. Por ejemplo, la productora del Grupo Planeta, además de la película de Oriol Paulo, ha producido otras como Solo quiero caminar (Agustín Díaz Yanes, 2008), secuela de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (ídem, 1995) y coproducida con Boomerang TV y Canana Films; Intruders (Juan Carlos Fresnadillo, 2011), junto a Apaches Entertaiment y Universal; Luces Rojas (Rodrigo Cortés, 2012) con Nostromo Pictures y Cindy Cowan Entertaiment; y la recién estrenada Grand Piano (Eugenio Mira, 2013), producida junto a Telefónica y Nostromo Canarias.


Además de todo lo dicho anteriormente, y teniendo en cuenta que uno de los pilares del grupo es Antena 3, la productora también ha realizado varios telefilmes que, como es lógico, se emitieron en la cadena de televisión. Aunque la gran mayoría son biografías de personajes históricos como la reina Sofía o Adolfo Suárez, también hay algo de género terror, por ejemplo, La piel azul (Gonzalo López-Gallego, 2010), un thriller sobre las desafortunadas vacaciones de una pareja de adolescentes, Germán (Miguel Ángel Muñoz) y Amaya (Leticia Fabián).

 


En el otro lado está Telecinco Cinema, la productora del grupo Mediaset que, al igual que ocurría con A3Media Cine, suele actuar como coproductora.


Estadísticamente tiene más películas del género de terror, aunque si nos centramos en la calidad (algo muy subjetivo), queda por debajo de la anterior. Así, entre su catálogo podemos encontrar cosas como Rabia (Sebastián Cordero, 2009), con Think Studio y Dynamo; Celda 211 (Daniel Monzón, 2009), junto a La Fabrique de Films, Morena Films y Vaca Films; Afterparty (Miguel Larraya, 2013), con Telespan2000; o Hierro (Gabe Ibáñez, 2009).


Son solo algunos ejemplos de las producciones de esta compañía que también, como es lógico, ha realizado varios telefilmes que, siguiendo la esencia del grupo, suelen centrarse en personajes de la prensa rosa o en temas polémicos con la intención de ganar audiencia.

 


El lado positivo de Telecinco Cinema es que ha trabajado con directores de la talla de Álex de la Iglesia o Pedro Almodóvar, al tiempo que, como Rodar y Rodar, da una oportunidad a nuevos directores como Ibáñez que debutó con ellos en el mundo del largometraje o Sebastián Cordero que, si bien ya tenía una carrera a sus espaldas, fue Telecinco Cinema quien produjo su primera película en España, una película que arrasó allá donde fue: Festival de Málaga (Biznaga de oro a la Mejor Película, Mejor Fotografía, Mejor Actor de Reparto), Festival Internacional de Tokio (Premio especial del jurado y Gran Premio, ambos para Cordero), Festival de Guadalajara, México (Mejor Fotografía para Enrique Chediak)…

 

Dejando de lado las productoras propiedad de grupos de comunicación y centrándonos en las “independientes”, hay  poco que rascar fuera de las ya mencionadas (Profilmes, Filmax, Rodar y Rodar). Lo único que queda serían las productoras que realizan algunos proyectos de cine de terror aunque no sea su especialidad, por ejemplo, Old Cinema Project, que recientemente estrenó Tío Jess (Víctor Mastellano, Hugo Stuven Casanovas, 2012), un documental sobre el director Jesús Franco, concretamente sobre el rodaje de Al Pereira vs The Alligator Ladies, la que fue su última película. También Las producciones del escorpión S.L. que con ese nombre tan ostentoso nos trajo las primeras películas de Amenábar: Tesis (1996) y Abre los ojos (1997).

 

 

Podríamos estar hablando de productoras y películas de terror durante mucho tiempo, la lista sería casi interminable. El problema no es la cantidad, sino el hecho de que no exista una única productora especializada en cine de terror, una productora que al igual que la Hammer británica fuese sinónimo de calidad y, en este caso, miedo.

 

En un panorama, cinéfilamente hablando, en el que el terror es un género en auge, es difícil de entender que no exista una empresa que, aprovechando la oportunidad, comience a producir películas de terror, aunque sea únicamente por ganar dinero. Lo más parecido que tenemos en España a día de hoy son Filmax y compañía que, a pesar de hacer un esfuerzo más que loable, no terminan de cumplir con esa utopía que sería una productora 100% de cine de terror.

 

UC (Miguel Ángel Navas).